La Piedra es un Centro Poblado ubicado a quince minutos al norte de Lambayeque y perteneciente al distrito de Mochumí. La localidad tiene más de cien años de existencia y presenta una población dedicada principalmente a la agricultura y ganadería, pero en el último tiempo y con la llegada de los servicios básicos las actividades se han diversificado y los negocios y talleres automotores también están presentes en la comunidad.
En el último par de meses, nuestro equipo ha desarrollado un proyecto de conformación de una brigada de salud en la comunidad, lo que nos ha llevado a compartir tiempo y espacio con los vecinos, así como ser testigo de sus procesos dialógicos y como es que llegan a manifestarse bajo un entorno formal de diálogo, impulsados a través de reuniones y conversatorios que forman parte del mismo proyecto.
La activación de este espacio de encuentro ha resultado propicia ya no solo para identificar los diálogos de los vecinos, sino también identificar una problemática latente en cuanto a la dificultad que presenta la colectividad para organizar formalmente espacios de encuentros que impulsen el diálogo social sobre el que se construya una agenda legítima. En este contexto, los diálogos se perciben dispersos en cuanto a temática y varían según las necesidades de cada poblador: Así tenemos, primeramente, un discurso crítico con la poca organización formal de diálogo entre los vecinos, proveniente de pobladores allegados al teniente alcalde, impulsores de encuentros y reuniones, o al comité de mujeres pertenecientes al comedor popular. También encontramos un discurso crítico con los representantes políticos y el comedor, en cuanto a que sienten que no hay una ayuda directa en cuanto a proporcionar ciertos recursos de los que carecen, esta es una crítica específicamente al comedor popular, rescatada de personas de escasos recursos en la comunidad. Tal vez el discurso más compartido sea el que engloba las diversas precariedades de la comunidad en cuanto a infraestructura y servicios, como lo puede ser la fata de un camino apropiado por el cual transitar los vehículos de transporte, el manejo de residuos sólidos o el acceso a servicios de salud cercanos.
Desde la perspectiva de una organización formal e iniciativas comunitarias de diálogo, la Piedra es una comunidad caracterizada principalmente por un marcado alejamiento entre vecinos en cuanto a acciones comunitarias se refiere, como charlas, mesas de discusión o reuniones para abordar ciertas problemáticas, impulsadas estas principalmente por el teniente alcalde del centro poblado Germán Cherres, y es que, como él mismo comenta, no son escasas las ocasiones en las que el desinterés de la población ha sido palpable y dichos encuentros formales han contado con un bajo y nada óptimo número de vecinos presentes. Las actividades llevadas a cabo a través de la experiencia del equipo también da cuenta de ello, viéndose evidenciada una realidad en la que, según palabras de los vecinos, resulta difícil convocar a un diálogo y participación formal, salvo excepciones en las que hay algún beneficio de por medio en estas actividades.
Es menester a su vez aclarar que lo expuesto anteriormente no significa que esta comunidad presente un alejamiento social total entre vecinos, ni mucho menos, pues los encuentros siempre se dan, sea en trabajos conjuntos, reuniones, fiestas, así como en la confirmación de organizaciones comunitarias formales, como lo es el existente comedor comunitario “Jesús es mi Fortaleza”, que reúne una decena de mujeres de la comunidad para brindar apoyo social en temas de alimentación cuando se requiera.
Podríamos tal vez explicar esta situación a través de la peculiaridad geográfica de la comunidad, al ser esta una comunidad cuyas viviendas han sido levantadas a través de una carretera en línea recta, por lo que, podríamos teorizar, esta disposición transversal juegue un papel en ello dada la lejanía que pueden llegar a tener unas familias de las otras.
Lo cierto es que a pesar de esta aparente predominancia del individualismo, sí que existe una línea en cuanto a las perspectivas que los mismos pobladores tienen sobre su comunidad y su problemática, y es precisamente este escaso sentimiento de “colectividad” entre vecinos (provenientes de distintas familias) que les lleva a considerar que la misma comunidad pierde oportunidades de desarrollo dialógico en cuanto a que suele ser indiferente con ciertos eventos o reuniones de este tipo, derivando esto en un discurso autocrítico y consciente de sus dinámicas sociales.
VULNERABILIDAD Y DESCONFIANZA
El segundo discurso que se rescata, si bien minoritario, es uno que refleja cierto recelo con los representantes políticos y la organización de comedor popular, más específicamente con este último. Se rescata así que existe precariedad en ciertos sectores más vulnerables del centro poblado, los cuales, según el contacto obtenido, se sienten rechazados muchas veces con el funcionamiento del comedor popular, sea en el abastecimiento de alimentos o carbón, muy requerido en estos sectores de la comunidad para cocinar sus alimentos. Esta concepción parte entonces principalmente de experiencias negativas por parte de los pobladores, los cuales han desarrollado un discurso crítico para con los organismos comunitarios que sienten deben solventar sus carencias. Así pues, si bien muchas veces se destacan las gestiones realizadas tanto por el comedor como por el teniente alcalde, siempre quedan ciertas experiencias que bastan para construir este diálogo crítico con ellos y su rol dentro de la comunidad.
INFRAESTRUCTURA Y SERVICIOS
Finalmente, encontramos en la comunidad un discurso ampliamente compartido y sobre el cual sí que se han construido múltiples reuniones formales para abordar los temas, impulsadas por el teniente alcalde. Específicamente, este discurso se centra en la inquietud de los pobladores con las dificultades y carencias en cuanto a infraestructura y accesibilidad a los servicios básicos, lo cual es una preocupación y tema constante en los diálogos informales de caseríos y centros poblados.
La antigüedad del centro poblado, así como los pocos avances que han tenido en cuanto a mejor de la infraestructura de los caminos son unos de esos tópicos tratados por los pobladores, quienes ven como una necesidad la correcta construcción de una autopista o camino mejor transitable, en cuanto a que es precisamente La Piedra una comunidad construida a lo largo de un camino, por lo que su necesidad en cuanto a movilización dentro de la comunidad así como el transporte e incluso movilización de vehículos para la agricultura resulta pertinente para los vecinos.
Bajo esta misma perspectiva, encontramos que dentro de este discurso surgen a su vez una preocupación con servicios básicos como manejo de residuos o acceso a centros médicos cercanos, si bien cuenta con una posta en la comunidad vecina de Punto 4, esta no está disponible siempre. El manejo de residuos surge comúnmente al hablar de las necesidades en cuanto a servicios de la comunidad, puesto que es normal ver un cúmulo de basura a medio camino de la comunidad, al lado de una acequia seca, con el que se parece convivir amargamente y el cual sirve como vertedero para algunas familias.
En suma, son estos los discursos más latentes identificados en la comunidad. Con su peculiar organización y escasa movilización dialógica formal, lo cierto es que La Piedra construye su agenda sobre las necesidades que los distintos grupos de la comunidad presentan y ven imperativos atender.
ANEXOS
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