TRABAJO EN BASE A DOSSIER - EXPERIENCIAS INCIDENTALES DESDE LA COMUNICACIÓN PARA EL DESARROLLO

COMUNICACIÓN PARA EL DESARROLLO: UNA MIRADA EMPÍRICA DESDE LAS EXPERIENCIAS DE LA FAO Y LA COSUDE


Juan Danilo Saba Valdivia y María Alejandra Mayanga Gonzáles

Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicación







Abstract


La Comunicación para el Desarrollo (CPD) se ha planteado a lo largo de su tradición como un camino hacia el desarrollo y empoderamiento social impulsado por una visión estratégica comunicacional legítima, al partir esta de la misma experiencia ciudadana. Este campo de la comunicación aplicada, se presenta entonces como un trabajo comunitario definido a través de su propia praxis.

El presente artículo busca aportar una mirada introductoria a la CPD desde su misma praxis, para ello, nos valemos del testimonio de dos comunicadores de activo trabajo en Perú, así como de un análisis de la experiencia adquirida a largo de los años internacionalmente, surgida desde la academia latinoamericana en la segunda mitad del siglo pasado, y aplicada por organismos internacionales como la ONU, FAO o COSUDE. Con esto se busca resaltar el gran aporte de estas experiencias al desarrollo social e incidencia en las políticas de los gobiernos locales.



Palabras clave: Comunicación para el Desarrollo, Comunicación Social, Desarrollo, Comunidad, Participación ciudadana, Diálogo Ciudadano




Introducción


Hablar de desarrollo humano desde una intervención institucional es hablar de, en la praxis, una experiencia puramente comunicativa; es en este contexto donde surge la necesidad de desarrollar planes de acción legítimos con la idiosincracia y dinámicas sociales con la comunidad a trabajar, por lo que resulta conveniente, así como sumamente necesario, plantear una serie de estrategias que partan desde estas mismas dinámicas bajo un enfoque comunicativo, entendiéndose la comunicación como la principal materia prima de la interacción social y los procesos dialógicos y de desarrollo.


En ese sentido, la Comunicación para el Desarrollo (CPD) emerge como un enfoque estratégico dentro del ámbito de la cooperación interinstitucional y el desarrollo social, al ser esta la catalizadora de las movilizaciones dialógicas de las comunidades para su posterior encuentro con las esferas políticas. El resultado es entonces un empoderamiento de una comunidad que legitima su discurso ante las altas esferas, permitiéndole tomar acción por sus propios medios en la problemática que le aqueja y abriendo el camino hacia el tan ansiado desarrollo social.


¿Qué es la Comunicación para el Desarrollo?


En esencia, la Comunicación para el Desarrollo (CPD) se define como un conjunto diverso de herramientas y estrategias comunicativas que se emplean con el propósito de facilitar el diálogo social, generando un debate ciudadano destinado a estimular los procesos interactivos e inclusivos propios de la comunicación social. Más que una mera actividad o conjunto de actividades, la CPD representa un trabajo articulado comunitariamente que se fundamenta en el contexto social en el que se desenvuelve la experiencia, y por ende en las dinámicas comunicativas y sociales de la población; se trata de un esfuerzo conjunto entre la población y un profesional de la comunicación supeditado a su dinámica social.


Una experiencia trazada desde la misma comunidad

Para condensar los postulados que definen la experiencia de la CPD, el manual práctico “Comunicación para el Desarrollo” de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación - COSUDE (2016) plantea tres principios:

En primer lugar, la CPD se sustenta en el diálogo como piedra angular de su práctica. A diferencia de la “comunicación de masas”, que se caracteriza por la difusión unilateral de información a un público pasivo y cuyo paradigma ha definido en el debate sobre comunicación en el último tiempo, la CPD busca establecer un intercambio equitativo entre emisor y receptor. Este enfoque bidireccional implica dirigirse a grupos específicos en entornos sociales y culturales claramente definidos, con el objetivo de comprender sus necesidades e inquietudes y fomentar su participación activa. En palabras de la FAO (2009), se trata de “un enfoque que integra varios procesos y métodos participativos de comunicación, información y gestión del conocimiento y el uso integrado de medios locales y de alcance global” (p. 1). Asimismo, la CPD se orienta hacia el cambio social como su principal objetivo. Si bien puede contribuir a la visibilidad de actores de desarrollo, su verdadera misión radica en promover transformaciones significativas en las estructuras sociales y económicas. En este sentido, las actividades de comunicación son concebidas como un medio para impulsar la participación social, la apropiación y, en última instancia, el impacto de los proyectos de desarrollo. Se reconoce que el desarrollo humano no es simplemente el resultado de mejoras económicas o de infraestructura, sino que requiere procesos comunicacionales prolongados y profundos. Por último, una característica distintiva de la CPD es su sensibilidad a la cultura local. Entendiendo que la comunicación efectiva solo puede lograrse desde el contexto y con los recursos locales, los comunicadores para el desarrollo se esfuerzan por adaptar sus estrategias a las particularidades culturales de cada comunidad. Esto implica utilizar métodos, canales y lenguajes que resuenen con las audiencias locales, reconociendo la diversidad de valores, creencias y prácticas presentes en diferentes contextos (COSUDE, p. 12). En esta línea, Peruzzo (2014) comenta lo siguiente sobre el desarrollo de actividades de la CPD:

Insertados en contextos locales, respetando las culturas, reconociendo la existencia de antagonismos y lentitud en las dinámicas de transformación social, la cuestión central –de la CPD– pasa a ser la urgencia de que los procesos y medios de comunicación beneficien el desarrollo de la ciudadanía y que este sea construido por los propios ciudadanos, en su interacción con las otras fuerzas constitutivas de la sociedad. (p. 181)

Almendra Chingo Vargas es una comunicadora chiclayana que actualmente trabaja en proyectos de comunicación para el desarrollo en la Amazonía peruana, según su experiencia el antes mencionado proceso de apropiación de la cultura local por parte del comunicador responde a una necesidad intrínseca a esta labor, y es que, al tratarse de una experiencia de naturaleza comunitaria, la intervención se tendría que legitimar partiendo desde algún punto concreto de la realidad social manejada, por lo que entender y apropiarse de la diversidad social es necesario para llegar a la comunidad.


Almendra Chingo: "El comunicador debe entender que existen públicos distintos"

A la par, Chingo nos grafica la troncal actitud participativa de las actividades programadas en las experiencias de CPD, nos comparte a su vez, parte de su rica experiencia trabajando con comunidades amazónicas:


Almendra Chingo: "Debemos partir de que toda estrategia debe ser participativa"


Es la misma naturaleza comunitaria de estas experiencias lo que hace que, además de plantear sus postulados, definan las diversas tareas de la CPD que la facultan de abarcar múltiples dimensiones en su aplicación: Partimos de la base en la que se afirma que la CPD busca una participación legítima de su población a nivel dialógico; para ello, esta busca primeramente facilitar el acceso a la información y al conocimiento, reconociendo que la falta de acceso a estos recursos puede limitar el desarrollo de la comunidad, esto a través de el canal comunicacional más adecuado según la realidad social en la que se trabaja. Sumado a ello, se busca activamente promover la participación ciudadana, reconociendo que la implicación de la ciudadanía en la toma de decisiones es esencial para la sostenibilidad de los proyectos de desarrollo y el devenir mismo de la comunidad. Para estas experiencias se emplean herramientas como debates públicos, foros comunitarios o consultas ciudadanas, donde se crean espacios de diálogo inclusivos que permiten a las personas contribuir activamente a la planificación y ejecución de iniciativas de desarrollo desde sus propias experiencias y perspectivas. Obregón (2009) describe este proceso de la siguiente manera:


El flujo de la comunicación se asume como de doble vía y los roles de los integrantes del proceso comunicativo puede variar haciéndolo mas interactivo. Se ha definido al enfoque participativo como el empleo sistemático de canales y técnicas de comunicación para incrementar la participación de la gente en su propio desarrollo. (p. 5)

Por último, la CPD busca empoderar a las personas excluidas, dando voz a aquellos grupos marginados o desfavorecidos que suelen ser pasados por alto en los debates macro que comúnmente se limita a ser desarrollado por la “esfera política” y por una ambigua “sociedad civil”, actores que, sobre el papel, representan a su comunidad, pero que no dejan de ser meros terceros muchas veces alejados y ajenos a la experiencia ciudadana de a pie. Al respecto, Castañeda (2005) señala que:

La función y responsabilidad pública no sólo tiene que ver con la representación política sino también con el sentido y objetivo de la gestión municipal: promover el desarrollo con oportunidades para todos, lo cual requiere voluntad de diálogo para construir una visión de futuro con participación ciudadana. (p. 55)

Compartimos a su vez, la valiosa visión de Chingo en cuanto a la importancia de la comunicación como mediador entre la esfera social y política, un encuentro que, a través de la CPD es visto como el objetivo principal a desarrollar.


Almendra Chingo: "La comunicación empodera, te da herramientas para accionar"

Para la CPD, esta iniciativa implica facilitar el acceso a los medios de comunicación, en su estado natural de “mediador” y proveedor de un espacio y experiencia comunicacional que permita que las comunidades se conviertan en protagonistas de su propio desarrollo, alumbrando desde este espacio las ideas destinadas a ser el catalizador de su desarrollo a través de un encuentro legítimo con la esfera política. En resumen, la CPD representa un enfoque dinámico y participativo que reconoce el papel fundamental de la comunicación social en los procesos de desarrollo. Al basarse en el diálogo y la participación ciudadana, así como en un intrínseco respeto a la diversidad cultural, la CPD se convierte en una herramienta poderosa para promover el desarrollo humano sostenible en comunidades de todas las partes el mundo de la forma más legítima posible: desde la misma sociedad.


Encuentros con la comunidad


Un breve repaso por la historia de la CPD: De la academia latinoamericana a la praxis desde las instituciones internacionales


La historia y desarrollo de las iniciativas de Comunicación para el Desarrollo, desde su planteamiento académico hasta la práctica con incidencia directa en comunidades y gobiernos locales, está estrechamente ligada al papel pionero desempeñado por organismos internacionales como las Naciones Unidas y sus agencias especializadas. Desde sus primeros pasos en la década de 1970, estas instituciones jugaron un papel fundamental en la formalización y puesta en práctica de los principios de la CPD, convirtiéndola en una herramienta clave para el desarrollo social y económico a nivel mundial. A su vez, es menester mencionar el planteamiento primigenio que tuvo la CPD desde la academia. Según comenta Ramiro Beltrán, para la segunda mitad del siglo XX encontramos un antecedente pionero en la iniciativa de Estados Unidos de “ayudar a los demás países a desarrollarse a semejanza suya; estableciendo un órgano federal autónomo y diversos servicios cooperativos con entidades nacionales a cargo de programas principalmente en los campos de la salud, la educación y la agricultura” (Beltrán, 2011, p. 172). Si bien esta iniciativa limitaba el espectro de desarrollo a uno impulsado por el crecimiento económico, si sienta un precedente importante en cuanto a que las misiones de injerencia en gobiernos con visión de desarrollo fueron impulsadas por organizaciones externas al país donde se ejercen las iniciativas; y a su vez, esta primera experiencia también nos da a conocer una tradición americana de la CPD, esto no es baladí, pues los aportes académicos y empíricos pioneros surgieron desde la experiencia del continente, y más específicamente, de la región latinoamericana. En este contexto, resulta importante resaltar la imagen del ya citado Ramiro Beltrán como uno de los principales pioneros a nivel académico de la comunicación para el desarrollo propiamente dicha, Beltrán lo planteó desde una propuesta que denominó “políticas nacionales de comunicación”. Los académicos latinoamericanos, a través de iniciativas académicas como la fundación del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL), ejercerían un papel importante en la construcción de esta perspectiva comunicacional, pues eran estos poseedores de un conocimiento de primera mano de la dura realidad regional, sus precariedades en cuanto a abandono del estado, así como la certeza de la necesidad de un desarrollo democrático, era este pues, su máximo objetivo: “democratizar la comunicación” y, por ende, la sociedad, algo que, según comenta Beltrán (2011), se vio obstaculizado por la oposición del establishment mediático y político de la época. A pesar de su influencia académica, estos pioneros de la CPD no lograron llevar sus propuestas fuera del ámbito académico y acercarse a las comunidades, sindicatos, y organizaciones comunitarias. No fue hasta los años 70 que las organizaciones internacionales recogerían este legado y surgiría la práctica activa de experiencias de CPD. Precisamente, fue en la década de los 70 del siglo pasado que surgen las iniciativas de desarrollo por parte de las Naciones Unidas, así como la promoción de su desarrollo académico y viviendo la CPD un apogeo en las décadas del 70 y 80. En este contexto, fue que, a través de la UNESCO, se llevaría a cabo la convocatoria de intelectuales del rubro bajo la llamada “Comisión McBride” que concluiría en la publicación del libro “Un solo mundo, voces múltiples”, de 1980; esta publicación conformarían 82 recomendaciones que “abarcan las políticas de la comunicación, la necesidad de fortalecer las capacidades en los países del llamados Tercer Mundo, la comunicación aplicada a los programas de desarrollo” (Gumucio, 2010), entre otras actividades comunicativas que servirían de punto de partida técnico y práctico para llevar a cabo iniciativas de CPD al rededor del mundo. Es en este contexto que surge la destacada labor de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que desempeñó un papel destacado en la conceptualización y promoción de la CPD, a través de iniciativas como la Mesa Redonda de Comunicación para el Desarrollo, así como proyectos emblemáticos como PRODERITH en México y CESPAC en Perú. La FAO, junto con otras agencias de las Naciones Unidas, reconoció la importancia de adoptar una visión estratégica de la comunicación para el desarrollo, que trascendiera la mera difusión de información institucional, y reivindicando el trabajo interinstitucional de la mano con las comunidades. Esto se reflejó en la creación de programas específicos de comunicación para el desarrollo, así como en la separación de las funciones de información pública y comunicación programática dentro de las agencias. La FAO contribuyó entonces significativamente a la difusión de enfoques participativos de comunicación orientados a sus competencias en cuanto a desarrollo agrícola y rural, con destacadas experiencias sobre todo en Latinoamérica. A lo largo de las décadas siguientes, las Naciones Unidas continuaron desempeñando un papel activo en la promoción de la CPD a nivel mundial. Si bien hubo avances significativos en la formulación de políticas y estrategias en materia de comunicación para el desarrollo, también hubo retrocesos y desafíos persistentes en la implementación efectiva de programas concretos (Gumucio, 2010). El Congreso Mundial de Comunicación para el Desarrollo celebrado en Roma en 2006 fue un hito importante en este proceso. Más de mil organizaciones y expertos de todo el mundo se reunieron para debatir sobre el estado de la CPD y aprobar el "Consenso de Roma", un documento que definió claramente el campo de acción de la CPD y subrayó su importancia para lograr cambios sociales significativos y sostenibles.

Sin duda, estas instituciones pioneras desempeñaron un papel crucial en la formalización y promoción de la aplicación de iniciativas internacionales de CPD a lo largo de los años. Su legado perdura en la actualidad, a través de una amplia literatura presente en manuales y diversas publicaciones, las cuales sirven como inspiración y guía para futuras iniciativas en este campo tan crucial para el desarrollo humano y social. La tradición de la CPD como una experiencia destinada a implementarse en áreas marginadas marca entonces el ritmo del desenvolvimiento del profesional y las organizaciones, un ritmo marcado por la misma comunidad. En esta línea, compartimos la visión de Karina Heredia, comunicadora social del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) con experiencia en distintos proyectos de desarrollo en Centro y Sur América, sobre una concepción de Comunicación para el Desarrollo fiel a su tradición práctica de intervenciones en poblaciones necesitadas.


Karina Heredia: "Podemos contribuír a mejorar la calidad de vida, la idea es empoderar"

Construyendo la praxis: Las experiencias de la FAO en Latinoamérica


Uno de los aspectos más destacados de la labor de la FAO en CPD en Latinoamérica ha sido su enfoque en el intercambio de conocimientos e información entre los diferentes actores involucrados en el desarrollo rural. Mediante el uso de medios de comunicación como la radio rural, el video, los módulos multimediales y el Internet, la FAO ha facilitado la capacitación de agricultores y comunidades rurales, mejorando así su productividad agrícola y sus condiciones de vida, y cuyos resultados han generado un acceso mayor a información del rubro, así como un acercamiento al uso de nuevas tecnologías en el rubro y la correcta gestión de recursos naturales, todo esto partiendo de la misma experiencia agrícola que ha evolucionado a una dinámica más empoderada y autónoma. Claro está que tales resultados no pudieron ser posibles sin una articulación y trabajo interinstitucional con las instituciones estatales de los respectivos países, en lo que sería una inversión tanto en capacidades productivas como en desarrollo comunitario propiamente dicho. En ese sentido, Beltrán (2006) destaca que “la FAO contribuyó en forma sustancial a los esfuerzos por construir en los países latinoamericanos sistemas modernos de agricultura, basados en la educación no formal del campesinado, la que debía incluir medios masivos de información de extensión agrícola” (p. 3). En términos de incidencia en los gobiernos locales, las experiencias de la FAO han contribuido a sensibilizar a las autoridades sobre la importancia de la comunicación estratégica para el desarrollo rural. A través de proyectos regionales y colaboraciones interinstitucionales, la FAO ha trabajado en estrecha colaboración con los gobiernos y sus respectivas instituciones estatales para diseñar e implementar políticas y programas de CPD que respondan a las necesidades y prioridades de las comunidades rurales. Además, la FAO ha promovido la creación de sistemas de información y comunicación para el desarrollo rural que faciliten el intercambio de conocimientos y experiencias entre los diferentes actores involucrados en el desarrollo rural. Un ejemplo emblemático de la labor de la FAO en CPD en América Latina es el Centro de Servicios de Pedagogía Audiovisual para la Capacitación (CESPAC) en Perú. A través de este centro, la FAO implementó la metodología de la Pedagogía Audiovisual (PAV), que se centraba en escuchar a los agricultores para recoger sus conocimientos y experiencias y combinarlos con el conocimiento científico moderno, creando productos comunicativos que partían desde el conocimiento y prácticas originarias de la población. Esta iniciativa no solo permitió mejorar las prácticas agrícolas, sino que también fortaleció los lazos entre las comunidades y los técnicos de desarrollo rural, lo cual la llevó a tener una “enorme influencia en la implementación de programas de desarrollo rural, tanto así que la utilización del video en la capacitación es ahora aceptada ampliamente por los gobiernos y las agencias internacionales de cooperación en América Latina” (Agunzo y Vértiz, 2010, p. 60). La FAO también ha trabajado en la institucionalización de servicios de CPD en varios países de la región, incluyendo Bolivia. Mediante la creación de centros de comunicación y desarrollo rural y la capacitación de personal técnico y líderes comunitarios, la FAO ha contribuido a fortalecer las capacidades locales para la gestión de recursos naturales y la agricultura sostenible. Estas iniciativas han sido clave para promover la participación y el empoderamiento de las comunidades rurales en la toma de decisiones y la implementación de políticas y programas de desarrollo. En suma, la experiencia de la FAO en CPD en América Latina ha sido fundamental para promover el desarrollo rural sostenible y mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales, así como reivindicar los propios saberes y la participación ciudadana como principal catalizador de su propio desarrollo, demostrando así el potencial transformador de la comunicación estratégica para el desarrollo y contribuyendo a fortalecer los lazos entre las comunidades rurales, los gobiernos locales y los actores del desarrollo.


La experiencia de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE)


Otras experiencias enriquecedoras en el último tiempo son las de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), la cual ha demostrado un compromiso notable en el desarrollo y la implementación de iniciativas de CPD en diversas regiones del mundo. A través de un enfoque integral y participativo, la COSUDE ha abordado una amplia gama de desafíos, desde la promoción de la gobernabilidad local hasta la sensibilización sobre temas ambientales y de reconstrucción post-desastre. Una característica distintiva de las iniciativas de CPD de la COSUDE es su enfoque en la participación activa de la comunidad y el fortalecimiento de la cultura participativa. Por ejemplo, en Bolivia, el Programa de Apoyo a la Democracia Municipal (PADEM) utiliza la radio como plataforma para fomentar el diálogo entre la ciudadanía y los gestores públicos, promoviendo así una cultura ciudadana participativa y la corresponsabilidad en la gestión municipal. Así, las experiencias de CPD llevadas a cabo por este organismo han demostrado un impacto significativo en los gobiernos locales de los países en los que se desarrollaron, tanto a través de colaboraciones institucionales como mediante aportes sociales beneficiosos para el devenir ciudadano. Estas iniciativas han logrado incidir en los gobiernos locales de diversas maneras, promoviendo principalmente la participación ciudadana, fortaleciendo la gobernanza local y contribuyendo al desarrollo sostenible de las comunidades. En primer lugar, a través del trabajo colaborativo entre la COSUDE y los gobiernos locales, se ha promovido una mayor participación ciudadana en la gestión municipal y en la toma de decisiones. Como gran estandarte de estas iniciativas tenemos al ya mencionado Programa de Apoyo a la Democracia Municipal (PADEM), en Bolivia, enfocado a fomentar la corresponsabilidad entre la ciudadanía y las autoridades locales, incentivando a los ciudadanos a asumir un rol protagónico en la gestión municipal. Esto ha contribuido a fortalecer los espacios de participación ciudadana y a mejorar la calidad de los servicios públicos en los municipios beneficiados. Sumado a ello, es destacable también como estas experiencias han facilitado la creación de canales de comunicación efectivos entre la ciudadanía y los gobiernos locales, promoviendo el diálogo abierto y la transparencia en la gestión pública. Por ejemplo, a través de los programas radiofónicos del PADEM, se han creado espacios para que los ciudadanos expresen sus preocupaciones, planteen soluciones y den seguimiento a las acciones de las autoridades locales. Esto ha permitido una mayor rendición de cuentas por parte de los gobiernos locales y una mayor participación ciudadana en la vida política y social de sus comunidades (COSUDE, 2016). Por otro lado, estas iniciativas han tenido un impacto social beneficioso para la ciudadanía al promover el acceso a información relevante y la sensibilización sobre temas clave para el desarrollo local. Por ejemplo, el calendario didáctico sobre construcción antisísmica en Haití ha contribuido a sensibilizar a la población sobre la importancia de construir de manera segura y resiliente ante desastres naturales. Esto ha permitido que las comunidades estén mejor preparadas para enfrentar futuros eventos sísmicos y ha reducido el riesgo de pérdidas humanas y materiales. Otro punto a destacar de las experiencias del COSUDE es la capacidad de adaptar formatos comunicacionales variados e innovadores según el caso, y es que la diversidad multimedia en las estrategias de la COSUDE es un aspecto clave que destaca la adaptabilidad y la sensibilidad de esta institución hacia las realidades específicas de cada comunidad con la que trabajan, enfoque transversal de la experiencia de CPD. Estas experiencias abarcan desde medios tradicionales como la radio en el PADEM boliviano, siguiendo la estela de la tradición de radios comunitarias en las comunidades andinas; hasta herramientas más innovadoras como los videojuegos educativos, el caso de "Yaku: Una aventura por el agua", diseñado para sensibilizar a los niños y jóvenes sobre el uso sostenible del agua, y cuyo resultado fue tan satisfactorio que llegó a incidir en una política estatal para incluirlo en las tabletas otorgadas a estudiantes de escuelas públicas Esta diversidad de recursos multimedia no solo refleja un enfoque integral en la comunicación, sino que también demuestra una comprensión profunda de las necesidades y preferencias de las audiencias locales, citando a Dubois y Cortés (2005):

El reto está en desarrollar una perspectiva tecnológica acorde con una práctica social, y por ende, cultural, porque la naturaleza tecnológica de la sociedad consiste, por encima de todo, en una red de interdependencias desarrolladas y mantenidas a través de la interacción humana. (p. 29)

La diversidad multimedia en las estrategias de CPD de la COSUDE refleja un enfoque holístico y centrado en la comunidad para la comunicación del desarrollo. Al utilizar una variedad de medios y herramientas, la COSUDE puede llegar a diferentes audiencias de manera efectiva, adaptándose a las necesidades y preferencias específicas de cada contexto local. Esto no solo aumenta la efectividad de las iniciativas de CPD, sino que también fortalece el compromiso y la participación de las comunidades en los procesos de desarrollo.


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El análisis empírico expuesto nos permite observar las relevancia que tienen las iniciativas de Comunicación para el Desarrollo (CPD) en cuanto a empoderamiento ciudadano a través de una experiencia nacida desde la propia comunidad. Las experiencias en países en vías de desarrollo implementadas por instituciones como la FAO o la COSUDE han demostrado ser herramientas poderosas para promover el desarrollo sostenible y fortalecer la participación ciudadana hacia un encuentro legítimo con la esfera política. En última instancia, el éxito de estas iniciativas radica en su enfoque participativo y colaborativo, que involucra a la comunidad en todas las etapas del proceso de desarrollo.

Al fortalecer los lazos entre la sociedad civil, los gobiernos locales y las organizaciones internacionales, la CPD emerge como una herramienta efectiva para promover el cambio social, mejorar la calidad de vida de las personas y construir sociedades más inclusivas y resilientes. En un mundo cada vez más interconectado, y cuyas brechas sociales quedan cada vez más al descubierto, la comunicación para el desarrollo se posiciona como un elemento clave para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y construir un futuro más justo y equitativo para todos, partiendo siempre del postulado de que el desarrollo parte de la misma ciudadanía, y que el rol del comunicador está en medio de esa experiencia, asimilando una realidad social que dará forma a su propia experiencia, legitimando el desarrollo y su participación en el devenir de su sociedad.



Referencias


Beltrán, R. (2006). Comunicación para el desarrollo en Latinoamérica. Una evaluación sucinta al cabo de cuarenta años. Beltrán, R. (2011). Una mirada a las raíces de la comunicación para el desarrollo Entrevista con Luis Ramiro Beltrán Salmón / Entrevistado por Patricia Franco y Ana María López. Signo y Pensamiento, 30(58), 170-177. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8062849 Castañeda, M (2005). Comunicación y Desarrollo local. Cuaderno de Consulta. Asociación de Comunicadores Sociales Calandria. COSUDE (2016). Comunicación para el Desarrollo. Una Guía Práctica. Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE). Dubois, A. y Cortés, J. (2005). Nuevas Tecnologías de la Comunicación para el Desarrollo Humano. Cuadernos de Trabajo de HEOGA. FAO (2009). La Comunicación para el Desarrollo ante los desafíos del Cambio Climático, Manejo de Recursos Naturales, Gestión del Riesgo y Seguridad Alimentaría. Iniciativa de Comunicación para el Desarrollo Sostenible Obregón, R. Comunicación, desarrollo y cambio social. Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina ,10(1), 6. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2308-01322022000100006 Peruzzo, C. (2014). Comunicação para o desenvolvimento, comunicação para a transformação social. Sociedade, política e desenvolvimento. Brasília: Ipea, 161-195. https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net/36772047/140616_sociedade-desenvolvimento-politica2-libre.pdf UNESCO (2010). La Comunicación para el Desarrollo: Una Herramienta para el Cambio Social y la Participación. UNESCO.



ANEXOS

  • VIDEO DIDÁCTICO

  • ENTREVISTAS REALIZADAS
    • Karina Heredia Aguilar. Bachiller en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo. Actualmente labora en el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social del Estado en el Programa Juntos, en proyectos con comunidades de La Libertad. Ha participado en diferentes proyectos de voluntariados en Brasil, Guatemala, México entre otros. Trabaja con niños, madres gestantes y adolescentes en pobreza extrema. ENLACE A ENTREVISTA.
    • Almendra Massiel Chingo Vargas. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Especialista en comunicación con principal motivación en conservación, género y participación ciudadana. Trabaja en proyectos de conservación y desarrollo comunitario en Moyobamba con la organización "Amazónicos por la Amazonía" y es coordinadora de la Red Internacional de Estudiantes por la Paz, una organización civil y sin fines de lucro que busca promover temas de desarrollo y liderazgo para los jóvenes de la región Lambayeque. ENLACE A ENTREVISTA.


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